octubre, mes sin dioses
[...] Los japoneses piensan que éste es el mes-sin-dioses. / Lo celebran así. No aliteran octubre con oro desprendido de los árboles frágiles, ni con revoluciones que cambiaron la historia. / Octubre como tregua. Como ausencia de todo lo que excede los límites. Así para nosotros sea: liberación. Porque ya no se exhiben los implacables dioses desnudos del verano, los demasiados dioses, y falta todavía mucho para que nazca el niño del invierno,/ y más allá no alcanza la vista, desde este mes de distancias, mes de lejanías, imperfecto, logrado, fortuito. Que así sea para nosotros. Sin los ocho millones de dioses que se esconden en la ciudad o el bosque, las escalas coinciden con nuestras estaturas./ Dejémonos llevar por los presentimientos./ Escribamos las cosas con las letras minúsculas./ Celebremos octubre por su ausencia de dioses./ Disfrutemos su nombre porque sólo es un número de una serie truncada. Y olvidada. Es octubre. Tenemos treinta días sólo para nosotros.
Juan Antonio González Iglesias
1 Comments:
Ha sido un gusto encontrar tu espacio y, en él, este poema y la referencia a mi blog, ya tuyo.
Saludos....
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